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ONUDI ejecuta proyecto piloto donde se aplicarán tecnologías digitales y protocolos agronómicos innovadores para aumentar el rendimiento de la cosecha de maíz en el estado Portuguesa

ONUDI ejecuta proyecto piloto donde se aplicarán tecnologías digitales y protocolos agronómicos innovadores para aumentar el rendimiento de la cosecha de maíz en el estado Portuguesa

En Venezuela, el maíz es el cultivo más importante del sector agrícola vegetal y ha sido considerado como un rubro estratégico, dada su importancia en la dieta diaria, con un aporte proteico de 6.5 gramos/persona/día y aporte calórico de 316 calorías/persona/día (Segovia y Alfaro, 2009), además de constituir una fuente generadora de empleos, debido al gran número de personas que lo cultivan a través de casi toda la geografía nacional.

 

Este rubro representa un 13 % de la producción del subsector agrícola vegetal, un 10 % del sector agrícola venezolano y un 55 % de la producción de cereales en el ámbito nacional. Es considerado de alto valor estratégico, debido a su distribución y al papel que juega en la alimentación humana y animal, al contribuir como una de las principales fuentes de carbohidratos y proteínas, de acuerdo a cifras de la FAO, (García et al 2009, citado por Berroteran, 2015).

 

En los últimos años, el cultivo del maíz en Venezuela había experimentado una caída progresiva de producción como consecuencia de la reducción del área de siembra, disminución de la cartera crediticia, escasez de insumos, obsolescencia de la maquinaria y, más recientemente, la escasez de combustibles. Sin embargo, este año 2022 se perfila como el tercer año de crecimiento consecutivo para el maíz y, pese a mantenerse ciertas restricciones como la falta de financiamiento bancario y problemas con el combustible, se estima un incremento entre un 20-30% de la producción. Este crecimiento obedece a una mayor disponibilidad de semillas, fertilizantes, químicos y otros suministros esenciales para el cultivo del maíz.

 

Uno de los estados en donde se estima que se siembre la mayor superficie de maíz para este ciclo invierno 2022, es en el estado Portuguesa, reconocido como el granero de Venezuela. Se tiene previsto la siembra de unas 150.000 ha entre maíz blanco y amarillo, con un rendimiento promedio de 4 toneladas por hectáreas, lo que representa más del 50 % de la superficie de siembra nacional, según cifras de las asociaciones de productores del estado.

No obstante, estos rendimientos comerciales de 4 toneladas por hectárea no solo son considerados bajos, sino no rentables, pues con el aumento de los precios de las semillas, los fertilizantes y el combustible, la producción debe estar por encima de las 6 t/ha para generar utilidad. De la misma manera, es importarte mencionar que nuestros rendimientos están por debajo de los rendimientos experimentales de hasta 8 t/ha obtenidos por diversos híbridos de maíz (nacionales e importados) en los ensayos de validación agronómicas de cultivares (EVAC) de la Comisión Nacional de Semillas (CONASEM), o de las 5 t/ha que representan el promedio mundial de rendimiento del rubro.

 

Estos bajos rendimientos son atribuibles a la falta de incentivos, innovación, investigación y de inversión en tecnología agrícola lo que, sumando a la dificultad para acceder al financiamiento, limita el potencial de rendimientos del maíz. Toda esta situación ha generado un estancamiento en los rendimientos, que de la mano de un aumento de los costos de producción a aproximadamente USD 1.200 por hectárea, un manejo convencional del cultivo, sin innovaciones tecnológicas y poco acompañamiento técnico, han hecho del maíz un rubro con bajo margen de rentabilidad y poco atractivo para los agricultores. Situación que se traduce en la necesidad de acudir a las importaciones, no solo de materia prima sino también de productos terminados para abastecer la demanda nacional.

 

Ante estas restricciones encontradas en la Cadena de Valor del maíz y como parte de “Programa de Actualización y Modernización Industrial” que ONUDI lleva a cabo en Venezuela, se diseñó el proyecto piloto TS 67, el cual busca incorporar tecnologías digitales y buenas prácticas agrícolas con la finalidad de aumentar la productividad del maíz en el estado Portuguesa.

 

Este proyecto tiene como objetivo aplicar un “Referencial Tecnológico” enfocado en el manejo eficiente de la nutrición, híbridos de maíz adecuados, mayor densidad de población, macro y micro elementos, en función de la fenología del cultivo, complementados con el análisis de suelo y tejidos, datos climatológicos, uso de tecnologías de teledetección (drones, SIG, sensores, estaciones meteorológicas) y big data, como herramientas para la toma efectiva de decisiones.

 

Asimismo, el proyecto incorpora la labranza vertical, que tiene como objetivo romper las distintas capas de compactación del suelo, a fin de mejorar un mayor desarrollo radicular y la absorción de nutrientes. De la misma manera, en el marco de la agricultura de precisión, considera el uso de drones con cámaras multiespectrales y fumigadores que permiten optimizar el uso de insumos, minimizar el impacto ambiental, reducir costos de producción y aumentar sustancialmente el rendimiento de maíz en 6 parcelas de 12 hectáreas c/u, pertenecientes a productores afiliados a la Asociación de Productores del estado Portuguesa (ASOPORTUGUESA), contraparte y aliada estratégica en la TS 67, con quienes se desarrolla de manera conjunta el protocolo de manejo técnico partiendo del conocimiento de esta asociación, la cual ha asumido un alto compromiso con el proyecto, garantizando la realización de análisis de suelo, financiamiento a los productores con semillas, insumos y asistencia técnica en buenas prácticas agrícolas.

 

Con la aplicación de este protocolo innovador se busca no solo explotar el potencial de rendimiento del maíz, sino también optimizar el uso de los insumos y la mecanización, reducir costos por tonelada producida, mejorar la eficiencia, la productividad y los ingresos de los productores, en el marco de una agricultura sustentable.

 

Otro de los objetivos de la TS 67 es fortalecer las capacidades del departamento de informática de ASOPORTUGUESA, la cual está trabajando en el desarrollo de un programa innovador de gestión agronómica para el seguimiento y monitoreo de las actividades agrícolas. Adicionalmente, se fortalecerá la red de estaciones meteorológicas de la asociación, el levantamiento de datos meteorológicos, y con el uso del dron con cámaras multiespectrales, podrán prestar servicios de teledetección para la toma de decisiones en materia de aplicaciones fitosanitarias, manejo de drenajes, fertilización, detección de plagas, entre otros. De la misma manera, con la incorporación del dron fumigador, se prestará servicio de aplicaciones eficientes de insumos y fertilizantes, optimizando las dosis y, por ende, reduciendo los costos de producción.

 

Asimismo, el proyecto contempla el fortalecimiento de capacidades a través de acciones de formación incluidas en el Programa de Desarrollo de Capacidades de ONUDI, con lo cual, junto a la participación de ASOPORTUGUESA como contraparte, pretende hacer de este proyecto innovador, una vitrina de aprendizaje para que otras asociaciones y productores independientes conozcan y se sumen a la tecnología de maíz de alto rendimiento.

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